Siempre he creído que las fotos, sobretodo las periodísticas, deben explicar lo que esta sucediendo. Atravesar, de un modo contundente, el muro de las típicas fotos descriptivas que no salen de lo común, de las imágenes que reproducen únicamente el momento. Ayer, a pesar de que mi labor para Mundo Deportivo era emitir en directo la rueda de prensa de la dimisión de Sandro Rosell, me colgué la máquina al cuello y decidí hacer solo la foto de la entrada en la sala de prensa del presidente antes de la comparecencia. Disparé tres o cuatro fotos justo antes de que se sentara, esperando un gesto o algo parecido. Me pareció que podría conseguir algo diferente desde la posición de las televisiones alejado de la nube de fotógrafos, al final editando las fotos me di cuenta que había una que cumplía con mis expectativas y lo que más me gustaba era la cara del presidente, me recordaron la imagen de un condenado justo antes de que lo fusilen, con los ojos cerrados esperando la muerte.
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