Como os expliqué en mi entrada anterior esta semana, con motivo del europeo de Atletismo en Barcelona, tengo la oportunidad de disfrutar haciendo fotos cosa que me apasiona. Un deporte como del atletismo no es frecuente en mí trabajo, a pesar de ser un fotógrafo 'especializado' en deportes, y lo pongo entre comillas porque suena un poco raro. No hay fotógrafos especializados en nada y lo son en todo, si no es que quizás no eres fotógrafo.
Bueno a lo que íbamos. Después de dos jornadas ya he sacado algunas conclusiones. El atletismo es un deporte muy difícil de cubrir. Cientos de metros cuadrados en un estadio y varias competiciones disputándose simultáneamente, eso es un problema. Escoger el sitio adecuado es fundamental, una acción, una celebración o un gesto puede ser radicalmente diferente dependiendo del lugar que uno ha escogido, desde la grada o pie de pista. Las agencias disponen de lugares exclusivamente para ellos pero no por ello se consiguen peores fotos desde otra ubicación.
Otro problema es el material. Es un deporte que requiere de teleobjetivos de largo alcance 500 o 600 m.m aunque no por ello se consiguen buenas fotos con objetivos más cortos, pero aún así dado que la competición se desarrolla durante el día la luz permite utilizar duplicadores que aumentan la distancia focal de los teleobjetivos convencionales.
A diferencia del fútbol o del basket donde la luz de los estadios o de los pabellones es casi siempre homogénea en este deporte diurno la luz varia, la luz del sol al amanecer o al atardecer permite jugar con las sombras o con el contraluz consiguiendo efectos gratificantes. Otro hándicap es conocer bien la competición, al ser una modalidad deportiva que no es habitual, como es mi caso, hay que intentar ponerse al día de como funciona la prueba y conocer a los participantes que a tu medio o tu cliente interesaran.
En conclusión estoy contento de cubrir un evento de estas características aprendo y disfruto haciendo fotos de un deporte que habitualmente no es común en mi trabajo.
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