Sandro Rosell que inició el pasado día 1 Julio su andadura como nuevo presidente del FC Barcelona quiso que su primer viaje como presidente fuera a Mérida, para visitar al presidente de la Comunidad autónoma de Extremadura , Guillermo Fernández Vara y a las peñas de la región extremeña. El acto que cubrí para Mundo Deportivo, no levantaba excesivas perspectivas fotográficas más allá de las típicas imágenes institucionales que se generan de estos actos. Ambos presidentes sentados en un sillón, frente a frente, en un despacho y luego una rueda de prensa institucional con cada uno de ellos tras un atril. Es por ello que mi inquietud era conseguir una imagen diferente, que saliera de lo común. Un objetivo difícil pero no imposible, solo hacia falta esperar y estar atento a cualquier detalle, y por supuesto a la suerte.
Después de la reunión entre ambos presidentes se habían de dirigir a la rueda de prensa y de un sitio a otro solo separaba una escalera de bajada. A pie de la escalera nos encontrábamos unos cinco fotógrafos, un par de cámaras de televisión y un aficionado al FC Barcelona que esperaba también la salida de Sandro, con su hija, ataviada con una camiseta de Messi, de la mano. Pensé que Rosell cuando viera a la pequeña la saludaría o la cogería en brazos y yo ya tendría una foto diferente. Solo debía esperar el momento y preparar el angular para disparar cuando estuvieran junto a mí, pero pensé que la niña no aguantaría la espera de la bajada y saldría corriendo a saludar al presidente y decidí montar un teleobjetivo corto el 35-70 para captar el encuentro más de cerca. Tras 30 minutos de espera llegó el momento. Justo empezar a bajar las escaleras la comitiva, la criatura saltó corriendo al encuentro de Sandro y yo empecé a disparar, pensé que había acertado en cambiar el objetivo y tuve la impresión que había conseguido una imagen diferente tal como esperaba, nada más hacia falta saber escoger la mejor de una serie de disparos de la secuencia que disparé. Tenia la subida por la escalera, el abrazo entre los dos y la bajada cogidos de la mano. No dude un instante, no me importaba la cara de la niña ni siquiera el abrazo que ambos se dieron, escogí la subida. Me agrado la cara de sorpresa de los dos presidentes viendo como la niña se acercaba corriendo hacia ellos y como destacaba la camiseta del Barça de la pequeña entre los trajes y las corbatas de los que descendían.
Creo que más allá de la imagen, esta reflejaba lo que había sido la visita de Sandro a Extremadura y uno de los objetivos que el quería conseguir: acercarse en su primer viaje como presidente a los aficionados culés del resto de España y agradecerles el esfuerzo que supone para ellos ser del Barça fuera de Cataluña. Una decisión que seguramente no habrá gustado a algún Barcelonista pero que a mí entender ha sido una fantástica iniciativa del FC Barcelona que espero y deseo continúe.
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